El principal requisito que nos mostraban de este diseño, era el de no quitar importancia al entorno en el que se encuentra, por ello, se caracteriza de naturalidad y distinción.
Para respetar el protagonismo, tanto de la bodega como del entorno, utilizamos colores neutros, introduciendo un punto de color en los complementos, y combinándolo con el verde de los viñedos que lo rodea.
Siguiendo con el diseño original de la arquitectura de la bodega, hacemos uso de líneas horizontales, creando así un conjunto único y lineal.
Introducimos mobiliario muy recto, y con mucha simplicidad, a la vez que elegancia, de la conocida marca Kettal. Piezas limpias estéticamente, como son sus pérgolas, que nos ayudan a mantener esa horizontalidad del conjunto.
Respetamos el árbol del olivo, como pieza de distinción que da nombre a dicha plaza.
En cuanto a la iluminación, durante el día pasa totalmente desapercibida, y cobra importancia, al anochecer, con luz perimetral, y lámparas integradas en el espacio, introduciendo luz teatral, de la marca reconocida Foscarini, consiguiendo un equilibrio, y armonía, entre los diferentes materiales, texturas y elementos, basándonos en los elementos de luz, tierra, agua y aire.